Luchito, nuestro diácono

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En el año 2000, Luis Sevilla Hincapié llegó a nuestra comunidad de la Casa de la Misericordia, de Santa Marta, a trabajar como celador (guardián) por recomendación de su tía María. Con su amabilidad y humildad, desempeñó sus labores con amor y dedicación. Poco a poco se fue uniendo a las actividades de la casa de oración con el grupo de jóvenes, ayudando, y también formándose con los cursos de la escuela. Fue llamado a formar parte de nuestra Comunidad, por su espíritu de servicio y su humildad.

En la comunidad pronto se ganó el afecto y aprecio de todos los hermanos y hermanas y surgieron muchas madres para él y padrinos para apoyar su llamado a la vocación sacerdotal, que hoy va por buen camino, guiado por el Espíritu Santo y el cariño de su Comunidad Siervos de Cristo Vivo.

Nos cuenta Luchito:

«La Comunidad Siervos de Cristo Vivo realizó un Encuentro de Jóvenes, guiado por Yuan Fuei Liao. En ese encuentro fui con muchos resentimientos. Fue un Encuentro lleno del amor de Dios, donde el Señor sanó mi corazón y me enseñó a perdonar. Comencé en la comunidad a servir con alegría, en los distintos grupos de oración, en la Escuela… Además, hacía parte del equipo de trabajadores de la Casa de la Misericordia.

Cada día, cada servicio, despertaba un deseo de servir más al Señor. Fue ahí donde ese deseo crecía cada día con mucho amor y disponibilidad.

Con mucho miedo a la decisión y al llamado, me iba al seguimiento vocacional, durante 3 años, pero siempre me retiraba, por mucho miedo al llamado.

A la comunidad fue un sacerdote español, padre Joaquín Klimet. Por medio de una palabra de conocimiento decía lo siguiente: «Aquí hay un joven que cada vez que me ha visto se ha dicho a sí mismo: «Señor, ¿por qué yo no? ¿Por qué tengo miedo?». Hoy el Señor te llama al sacerdocio y la prueba es que el próximo año, estarás en el Seminario”.

Fue un momento de alegría que me cautivó. Ingresé al Seminario Mayor de Santa Marta el 31 de octubre del 2009.

Acepté el llamado porque el Señor me invitó a formar parte de este maravilloso regalo de Dios para el mundo (CSCV), y además porque en la Comunidad encontré la forma de responder a la llamada del Señor a través de las vocaciones de la comunidad: la contemplación, la evangelización y la transformación dentro de una vida comunitaria, para así poder cada día responder a la llamada de la santidad. Mi mayor experiencia fue mi encuentro personal con Jesús a través de la predicación viva de la Palabra de Dios (escuela de evangelización), que me llevaron a una intimidad fuerte con el Señor, con su presencia eucarística, y desear estar siempre a sus pies. Mi momento especial fue cuando fui admitido a la comunidad».

El 24 de febrero del 2014 fue admitido como miembro de nuestra comunidad y siempre ha estado atento al llamado al servicio a través de la escuela de evangelización y al trabajo que le ponen sus hermanos. Hoy ya es nuestro diácono transitorio lleno del amor de Dios que él reparte entre sus hermanos.

El día 25 de noviembre en la Catedral de Santa Marta fue su ordenación diaconal, acompañado por su familia comunitaria. Todos nos llenamos de gozo porque Luchito no solo es un buen ser humano, sino que será un excelente sacerdote por la gracia de Dios y sus cualidades.

“¡Yo quiero ser un burrito, pero el más pequeño, el más leal al maestro, el más entregado a su limitada y concreta misión!” (Luchito).

Wilson Sotomonte
Casa de la Misericordia, Santa Marta, Colombia,
Comunidad Siervos de Cristo Vivo

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