La Casa de la Anunciación Santo Domingo

 In Avisos

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Por: John Fleury

Editado: María Armenteros

El día 19 de marzo de 1985 -siendo la fiesta de San José- se celebró la bendición de la Casa de la Anunciación, la «Casa Madre» de la Comunidad de los Siervos de Cristo Vivo, con una Eucaristía presidida por S.E.R. Monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo. Este año estamos celebrando los treinta años desde su inauguración.

Adoración al Santísimo

Seis días después de la bendición, el 25 de marzo -en la fiesta de la Anunciación- empezamos la «Adoración al Santísimo». Al principio la adoración era solamente por las tardes, pero a la semana hubo que ampliar el horario para incluir la mañana también, a petición del público que venía a todas horas para estar con El. Para empezarla, confeccionamos una lista de adoradores que se ocuparían de también «guardar» al Santísimo, lista que se hizo con los miembros de la Comunidad. Pero muy pronto descartamos la lista porque no fue necesaria, porque ¡nunca el Santísimo se quedaba solo! Era un ir y venir de gente.

Un Siervo comentó que pasaría una de estas dos cosas: o la afluencia de personas se había convertido en una «moda» que pronto terminaría, ó si seguía, pronto tendríamos que aumentar el tamaño de la capilla. Sucedió lo segundo: ¡Aumentamos el tamaño de la capilla! ¡Dos veces tuvimos que aumentarla!

A través de los años todo el resto de la Casa fue siendo ampliada para responder a las necesidades del enorme flujo de la gente que nos visita cada día, y especialmente en estos últimos años – sobretodo en el presente – con la multitud que llega cada día 8 del mes para participar en la Eucaristía que se celebra tras la partida del P. Emiliano a la Casa del Padre, hace 15 años.

Ministerios

Además de la Adoración al Santísimo, con los años, el Señor nos ha llevado a iniciar varios ministerios de evangelización y de compasión donde podemos acoger, escuchar y orar, como son los ministerios de «Intercesión», y del «Teléfono de oración», de los grupos de oración -grupo abierto, de parejas, y de jóvenes-.

Los fines de semana los dejamos libres para los retiros y Seminarios de Vida en el Espíritu que se celebran frecuentemente.

Los lunes son reservados para nosotros, los Siervos, para reunirnos para la oración, la instrucción y el compartir como comunidad.

Se inicia el día con el rezo de Laudes a las 7:30 am seguida de la Exposición de la Adoración al Santísimo. Los Miércoles nos reunimos después de rezar Laudes para compartir el desayuno.

Diariamente se celebra la Eucaristía a las 11 de la mañana y a las 6 de la tarde, exceptuando los Sábados, Domingos y días feriados, que solo se celebra a las 6 pm.

El primer ministerio

Actualmente los Siervos -fieles a su primer ministerio de evangelización- se desplazan desde la Casa de la Anunciación por todas partes para llevar la Buena Nueva de que Jesús está vivo, en parroquias, colegios, cárceles, calles, grupos familiares y plazas. Y, a través de la adoración y la evangelización, cada día vamos siendo testigos de las maravillas del amor misericordioso de que Dios, Nuestro Padre, produce en las almas.

Para describir lo que es la Casa de la Anunciación, podríamos decir que es una «casa de encuentro con Dios», tanto en la contemplación y adoración al Santísimo Sacramento, como en el amor expresado en la convivencia fraterna con los «Siervos de Cristo Vivo».

En Santo Domingo, la Casa de la Anunciación se ha convertido, en pocos años, en un «pulmón de espiritualidad»- como diría una vez el Señor Cardenal – y a la vez es un punto de referencia y de apoyo, elegido por Dios, para reflejar la presencia viva de Cristo Resucitado en medio de su pueblo.

Lo que la caracteriza

Si algo caracteriza esta casa, es por la manifestación constante de la acción discreta pero efectiva del Espíritu Santo. Sus dones y frutos se encuentran de manera regular, sucediéndose día tras día. Están a la vista de todos y se manifiestan como algo normal. Todo en medio de un ambiente de paz y de acogida que son características básicas de esta casa.

Abierta a todo el que se siente cansado y agobiado, el que llega a la Casa de la Anunciación recibe el amor y la ternura de Dios expresados fraternalmente a través del acompañamiento y del consuelo, en un clima de oración. Son muchos los hombres y mujeres, dominicanos y extranjeros, que han vuelto a vivir, encontrándose con el dador de vida, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

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